Sin duda estamos ante el mayor experimento psicológico de la historia.
Sin embargo, se repite en todo el mundo la falta de atención de las autoridades a la salud mental.
Realmente no sabemos cuáles serán las consecuencias de este aislamiento prolongado. Por eso se dice que es el “mayor experimento”, no sabemos cómo responderán todas las personas, cómo será el día después, qué pasará… no tenemos con qué comparar esta situación a lo largo de la historia de la humanidad. Es un experimento.
Algunas personas pueden sentirse irritables, cansadas, con dificultades para dormir, ansiosas, tristes. Muchas personas han descubierto el concepto de “resiliencia”, superando la adversidad y reinventándose durante este tiempo.
Somos seres sociales, encontrarnos solos sin contacto con otras personas durante tanto tiempo nos pone frente a sentimientos de soledad quizás nunca antes experimentados.
Lamentablemente, hay investigaciones que hablan de un aumento en abuso de sustancias, violencia intrafamiliar y patologías mentales. Debería haber un sistema de atención psicológica, que pueda identificar a las personas de riesgo y hacer un seguimiento. Las estrategias para enfrentar la pandemia deben tener en cuenta que la salud es un todo.
No se puede dividir nuestra salud física de nuestra salud mental.
