Pensando el Acompañamiento Terapéutico… De la teoría a la práctica.

Asociación PSI - Blog: Pensando el Acompañamiento Terapéutico. De la teoría a la práctica.

¿Qué pasa cuando la teoría difiere de la realidad?

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La teoría resalta la importancia del trabajo interdisciplinario en el acompañamiento terapéutico. La figura del acompañante es miembro auxiliar del equipo terapéutico tratante, compuesto por psiquiatra, psicólogo, médico, neurólogo, entre otras tantas profesiones.

La realidad es que en la mayoría de los casos nos encontramos con la inexistencia de dicho equipo, y con la falta de supervisión sobre el acompañante terapéutico interviniente.

Es requisito fundamental que un médico realice la solicitud de A.T., pero éste pedido en muchos casos es solicitado por la familia y no como una estrategia terapéutica.

Lo que convierte al A.T., ante la vista de la familia, en una especie de empleado multi-función, que debe estar dispuesto a cumplir con sus demandas. Otras veces el pedido es realizado basado en la desinformación sobre su rol y función por parte del medico solicitante, que espera se asista al paciente y su familia según sus necesidades, con el único fin de aliviar sus responsabilidades.

Desde este punto es que el A.T. se encuentra ante las constantes demandas cruzadas por las partes. Como resultante de esta situación, y si nuestro posicionamiento no es el correcto, nos encontramos siendo: niñeras, damas de compañía, cuidadores, cocineros, maestras particulares, quien hace los mandados, por mencionar sólo algunos roles.

El problema está basado en la desinformación de las partes y la falta del posicionamiento del A.T. Esta última cuestión surge porque en la mayoría de los casos el A.T. accede a realizar tareas que no corresponden a su función específica. Por eso es muy importante dejar en claro la función, tanto con la familia como con el profesional tratante y tener la supervisión adecuada.

Cuando el A.T. se presenta en un domicilio por lo general encuentra una familia agobiada por la problemática y desesperada por tomarse un respiro de la misma. Entonces esperan la llegada del A.T. como una salvación a todos sus problemas. Esto es natural, y del A.T. depende clarificar la situación desde un primer momento para evitar malos entendidos y demandas futuras.

Ejemplo: El A.T. asiste a domicilio de lunes a viernes de 9:00 a 13:00 hs., entonces el familiar le dice: “yo te dejo las cosas, vos podrías hacerle el almuerzo?”. Por lo general el A.T. accede a esta situación. A la semana se recibe un mensaje diciendo “podrías comprar un paquete de fideos que no llegue a ir al súper?” El A.T. accede a esta situación . Y a los 15 días el familiar está dejando la lista del supermercado y el dinero para que el A.T. haga los mandados. Por desgracia es una situación recurrente, que podría fácilmente evitarse si desde un comienzo se actuara con ética y profesionalismo.

Hay que tener en cuenta que la intervención requiere de un efecto terapéutico y no hay que confundir asistencialismo con servilismo. La persona que se acompaña sigue siendo exclusiva responsabilidad de la familia y el A.T. un profesional parte de un equipo interdisciplinario.

Esto no significa que no podamos ser flexibles, o que no se realice alguna excepción en un momento de urgencia.

Cuando el equipo interdisciplinario no está disponible o no existe, tenemos un medico que solicito el dispositivo de acompañamiento terapéutico, pero que no trabaja en forma conjunta con el A.T. En este caso, y como primer medida, es imprescindible que el A.T. busque supervisión. No sólo como marco regulador de la función, sino también como medio de contención para trabajar las cuestiones transferenciales, atravesamientos y emergentes desde una mirada diferenciada y objetiva como así también las distintas técnicas y estrategias posibles en el abordaje.

Hay distintos tipos de supervisión. La más común es la realizada por el psicólogo del acompañado y la misma es sobre la problemática que dicha persona presenta. Otra clase de supervisión es la realizada para el AT desde su rol y función donde se plantea la problemática desde un enfoque general teniendo en cuenta la subjetividad del A.T. y no solo la patología del paciente.

En segunda medida es necesario presentar los informes correspondientes al médico solicitante para que este al tanto de la evolución o involución del paciente y los obstáculos que se puedan ir presentando, como así también la manera en que los mismos se van resolviendo.

En este punto tenemos que tener en claro que la mejor manera de realizar un informe es siguiendo un registro diario. Esto no es porque se puedan olvidar de lo que sucede en el acompañamiento, si no en la manera en que pueden recordarlo. Los recuerdos se fijan de acuerdo a la percepción subjetiva, está condicionado por lo que determinada situación generó en nosotros; dos personas que viven una situación en el mismo momento la relatan de manera diferente, porque este relato esta condicionado a la subjetividad. El A.T. trabaja con objetividad, por lo que no se debe realizar un informe sobre los que nos acordamos qué sucedió, sino sobre lo que en realidad pasó.