“Trabajar con personas mayores, resulta una de las experiencias más hermosas que me ha tocado vivir en la vida”.
Estas palabras de una de nuestras ex alumnas sintetizan las posibilidades reales y materiales que ofrece realizar este curso. Y estos comentarios se multiplican en el tiempo.
Hoy, frente a un mundo envejecido, cuya tendencia es profundizar el envejecimiento, requiere de manera ineludible personas formadas y capacitadas en el arte de cuidar personas. Pero además, hablamos de personas mayores, quienes presentas sus singularidades y particularidades.
Ser asistente gerontológico es tener la firme convicción de que nuestras personas mayores son merecedoras de respeto, dignidad y oportunidades.
Trabajamos para maximizar su autonomía, minimizar su dependencia y evitar la institucionalización temprana.
Y por si esto fuera poco, trabajamos para siempre mejorar, en la medida de lo posible, su calidad de vida, aún en personas mayores afectadas por enfermedades degenerativas o procesos crónicos.
El Asistente Gerontológico es un profesional en el “Saber hacer en el Arte de los Cuidados”.
Pero no hablamos de cualquier tipo de cuidado. Hablamos de humanos altamente calificados en la prestación de cuidados con un profundo sentido humanitario, a personas con algún grado de dependencia.
Su tarea no se agota en la mera asistencia, ni en brindar un buen servicio.
Su tarea está orientada a personas, a sujetos de derecho, a dignificar su condición humana, donde toda práctica e intervención, guarda ese sesgo de humanidad que se requiere.