Autismo y trastornos del espectro autista I

Asociación PSI - Blog: Autismo y trastornos del espectro autista I

«Iba de un lado a otro sonriendo, haciendo movimientos estereotipados con los dedos, cruzándolos en el aire. Movía la cabeza de un lado a otro mientras susurraba o repetía el mismo soniquete de tres tonos. Hacía girar con enorme placer cualquier cosa que se prestara hacerse girar (…) Cuando le metían en una habitación, ignoraba completamente a las personas y al instante se iba a por los objetos, sobre todo aquellos objetos que se podían hacer girar (…) Empujaba muy enfadado la mano que se interponía en su camino o el pie que pisaba uno de sus bloques…”

Kanner, 1943

Esta descripción del caso de Donald, un niño de cinco años, realizada por Kanner en el año 1938 y tomada posteriormente en un artículo publicado en 1943, es clásica en la literatura. Probablemente el autismo ha existido siempre, pero es a partir de esta descripción cuando se reconoce el autismo como entidad.

Kanner destacaba en su trabajo las siguientes características que parecían ser comunes a todos los niños que observó: Extrema soledad autista; deseo obsesivo de invarianza ambiental; excelente memoria; expresión inteligente (buen potencial cognitivo) y ausencia de rasgos físicos; hipersensibilidad a los estímulos; mutismo o lenguaje sin intención comunicativa real; limitaciones en la variedad de la actividad espontánea.

Aunque el autismo es visto como una condición médica, también debería ser considerado como un modo de ser completo, una forma de identidad profundamente diferente. Esas características planteadas por Kanner, que son esencialmente las que definen al autismo y la base de los criterios del diagnóstico, no deberían ser tomadas como síntomas, sino como una forma de ser en el mundo, que debemos conocer y respetar, antes de plantear un abordaje terapéutico.

Les comparto una serie de consejos que encontramos en Behavioural Intervention for young children with autism, de Catherine Maurice, un  manual para padres y profesionales de niños autistas :

  • Nada mejor que vivir un día tras otro, positivamente. No puedes controlar el futuro, pero sí puedes controlar el día de hoy y el ahora.
  • Jamás subestimes el potencial de tu hijo. Siempre espera que él desarrolle al máximo sus capacidades. No te olvides de que tu hijo tiene capacidad para aprender, por más pequeña que sea.
  • Busca apoyo positivo. Familiares y profesionales con quiénes compartir experiencias, consejos y ánimos.
  • Proporciona y ofrece a tu hijo un buen ambiente educacional y de aprendizaje, desde el principio de su infancia.
  • Considera y no dejes de lado los sentimientos y las necesidades de tu pareja y de tus otros hijos. Acuérdate que el niño autista no tendrá más amor tuyo por el hecho de que pases más tiempo con él que con el resto de la familia.
  • En cuanto a tus decisiones y actitudes, contesta primero a tu consciencia. Luego a tu hijo. No necesitas justificar tus actos a los amigos o a otras personas.
  • Sea honesto con sus sentimientos. No puedes ser una súper madre o un súper padre las 24 horas del día. Permita a ti mismo equivocarte, frustrarte, entristecerte, siempre que sea necesario. Es inevitable para todos.
  • Se buena, generosa y gentil contigo mismo. No te fijes solamente en lo que todavía tienes que hacer. Debes mirar para atrás y ver lo que ya has conseguido alcanzar.
  • De vez en cuando párate a sentir el olor de las rosas. Da valor a lo mucho que has logrado en la vida aunque para ti parezca algo normal.
  • Mantén la calma y jamás pierdas el sentido de humor. Reír es una de las mejores formas para evitar el estrés y el desánimo.